Cecilia Aguilar
Una de las actividades más desafiantes a las que se enfrentan los padres, involucra establecer reglas, autoridad y marcar límites en la crianza y educación, propiamente que inicia en casa.
En este panorama, los padres encuentran una línea confusa en identificar si son demasiado tolerantes o por el contrario, excesivamente estrictos. Las preguntas surgen: ¿qué normas son adecuadas? ¿La edad de mi hijo determina que límites debo marcar? ¿Es correcto gritar? ¿Hasta dónde puedo llegar?
Sin embargo, es importante aclarar primero lo que se entiende por límite así como que importancia tienen. Entendamos que guiar a los niños en su proceso de aprendizaje, crecimiento y fortalecimiento de conducta, es una actividad imprescindible para los padres.
Por tanto, deben acompañar este proceso mediante el establecimiento de reglas, y así enseñarles a los niños que hay cosas que no se pueden hacer. En este sentido, los límites en el hogar ayudan a los padres a inhibir comportamientos indeseados y constantes que puedan incurrir en repercusiones que los afecten en su conducta futura.
“A través de los límites los niños y niñas aprenden a relacionarse con sus iguales y a respetar a la autoridad; comienzan a entender que las conductas emitidas van a representar una consecuencia y por ende es conveniente ceñirse a las reglas establecidas por sus padres, cuidadores, maestros y maestras. Cuando los niños conocen los límites, se sienten más seguros en su entorno, una vez esto sucede se sienten libres de explorar con el conocimiento de lo que es y no es permitido. Sin límites apropiados los niños tendrían demasiadas opciones y crearía confusión”
¿Se complica establecer límites en los niños con TDAH?
Edith Zubirán, promotora en Proyectodah de Grupos de Apoyo para Padres de Familia (GADAH), señaló durante el Taller Cómo establecer límites en casa a niños con TDAH: De manera recurrente, los padres que tienen niños con síntomas de hiperactividad e impulsividad son señalados como los responsables del comportamiento de su hijo.
Lo anterior atiende a que diversos aspectos en la manera de actuar de un niño con TDAH, suelen parecerse o confundirse con el comportamiento de un niño “maleducado” (carece de límites).
-Mantenerse sentados un tiempo considerable
-No respetar los turnos al jugar
-Rebeldía y desobediencia a sus padres
-Rechazo a las normas y castigos, entre otros
Ante esto, los padres de niños con TDAH tienen un panorama desafiante más no imposible, al establecer reglamentos a su comportamiento.
Es importante considerar los siguientes aspectos al momento de establecer límites:
• No sentirnos culpables de poner los límites y mucho menos de aplicar la consecuencia lógica. Esta debe reparar el daño y ser congruente con la edad. Las reglas o rutinas que se establezcan no deben confundir a los niños si la flexibilidad varía un día a otro.
• No permitir la falta de respeto y la lucha de poderes. Por tanto, evitar establecer una orden anteponiendo “Yo quiero” “Yo lo ordeno”
• No amenazar sobre “se lo voy a decir a tu padre”, “te voy a castigar” (y no lo hacemos)
• No suplicar: ya que se pierde la autoridad, nos ven vulnerables, débiles.
• No gritar: los mueve el miedo, la violencia genera violencia. Sin embargo, es oportuno establecer órdenes con frases cortas y precisas (ej. No es lo mismo indicar “pórtate bien” a “puedes salir a jugar de 5 a 7 de la tarde”
• Acompañar lo que digo (7%), con mi postura corporal (55%) y tono de voz (38%). Se sugiere establecer una orden enfatizando que comportamiento es el adecuado y el esperado por los padres: Ej. No es lo mismo indicar “no corras” a “cruza la calle de manera tranquila y observa ambos lados de la calle”
• No manipular: a través de la culpa. Ej. “me estas enfermando”
• No sobornar, ni chantajear.
• Establecer una consecuencia positiva o negativa al límite señalado, y aplicarla en caso de que SI o NO se cumpla respectivamente.
• Pregonar con el ejemplo. Estar calmada, hablar tranquilamente, mantener el autocontrol en las emociones.
• Dar alternativas donde el niño pueda elegir pero dentro de mis límites. Ej. Vamos a una fiesta escoge entre estos 2 vestidos.
• En la adolescencia hay que negociar pero no dejarnos ganar y perder el control y la autoridad. Esto los hace sentir que sus padres son flexibles, confiables, comprensivos y que mantienen la autoridad.
Para concluir, para los padres el establecimiento de límites sugiere considerar las expectativas sobre sus hijos como algo realista, acorde a su etapa de desarrollo y características individuales.
Señala Edith Zubirán, el no caer en exigencias extremas pues motivan a que el niño esté en constante estrés y sentirá que no cumplen con las expectativas, consiguiendo entonces, una baja autoestima.
Las rutinas conformadas por cada familia, en función de lo que va surgiendo, le fomentaran actuar de la forma más óptima ante circunstancias o problemas de la vida cotidiana
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