Ángela R. Bonachera
Entre los rasgos más frecuentes de los niños con hiperactividad se encuentran los constantes movimientos de pies y manos, la necesidad de levantarse frecuentemente o hablar continuamente y una conducta impulsiva. Con estas actitudes, los niños hiperactivos suelen llevar mal la espera, y peor el aburrimiento. Encontrarles actividades que les motiven y entretengan es esencial.
¿Cómo entretener a niños con TDAH?
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, también conocido como TDAH es un trastorno neurobiológico que se inicia durante la infancia y afecta entre un cuatro y un siete por ciento de los niños. Si tu hijo es uno de estos pequeños hiperactivos, probablemente muchas veces le plantees que clase de actividades son mejores para él.
Entretener a un niño hiperactivo no es fácil: su ¨nerviosismo¨ le hace saltar de una cosa a otra, y necesitan actividad para no aburrirse. Por ello, hay algunas actividades específicas que pueden ser útiles en estos casos; les divierten, entretienen y además, hacen bien a su trastorno. Una de ellas es la danza, que les ayuda a controlar la movilidad, armonizar los movimientos y mejorar el comportamiento social. Pero no es la única: proponemos algunas actividades que perfectas para las tardes, fines de semana y vacaciones de los niños con hiperactividad.
- Deportes en la naturaleza.
A la mayoría de los niños, sean hiperactivos o no, les encanta pasar tiempo fuera de casa, ejercicios al aire libre como el ciclismo y el senderismo son especialmente buenos para los niños que tienen mucha energía. A diferencia de muchos deportes de equipo como el baloncesto, el beisbol y el futbol, no hay un horario preestablecido. Tu hijo va a estar constantemente en movimiento y usando grandes grupos musculares, además de manteniéndose atento, mientras observa todo aquello que rodea.
2. Música y TDAH.
A diferencia de otras actividades que trabajan el lado derecho o el izquierdo del cerebro, la música ejercita ambos lados al mismo tiempo, haciendo que el cerebro trabaje mejor en la multitarea. Ahora bien, la música debe ser usada como objeto en si misma: no de fondo para relajar a los pequeños hiperactivos, pues estos no sabrán donde centrar su atención. Apuntar a tu hijo en una banda, una orquesta o un coro es bueno para el porqué, además, aprenden a trabajar como parte de un equipo, algo clave en los niños hiperactivos. Asimismo, es muy útil para los niños hiperactivos que se inician con un instrumento no simultanear la técnica del mismo con otras actividades asociadas como la lectura para permitir la localización en una única actividad.
3. La natación.
Seguramente muchos de vosotros recordéis al nadador medallista en varias olimpiadas Michel Phelps; es hiperactivo (diagnosticado desde los nueve años). Quizá probar con la natación en tu hijo hiperactivo no sea tan mala idea: los movimientos constantes mantienen a tu hijo con una energía constante y, además, la disciplina que requiere este deporte también será bueno para él.
4. El teatro.
El teatro tiene múltiples beneficios tanto para los niños como para los adolescentes y, también, para los niños hiperactivos, tener que memorizar los textos, practicar regularmente (y repetir varias veces lo mismo), la vergüenza de subirse al escenario todas estas situaciones dan una rutina a los niños y les ayudan a localizar su atención.
5. Juegos pasados de moda.
El ajedrez y otros juegos ¨pasados de moda¨, es decir, la mayoría de aquellos que no se basan en las nuevas tecnologías para realizarse son muy buenos para enseñarles a centrar su atención, al tiempo que sus pequeñas victorias le aumentaran la autoestima. Jugar a este tipo de juegos de mesa sirve para que tu hijo gane confianza y aprenda a concentrarse y la forma de hacerlo es simple: practicar mucho. Cuanto más se juega, más se quiere repetir para probar otras estrategias.
Por último, esta recomendación no va encaminada a las actividades que los niños hiperactivos pueden hacer, sino las que no: la televisión y los videojuegos no son nada recomendadas para pequeños con este tipo de trastornos.
La televisión y los videojuegos hacen poco por canalizar la energía de los pequeños: más bien les distraen de sus responsabilidades. Por ello, evita que tus hijos (hiperactivos, pero también si no lo son) estén todo el día sentados en el sofá viendo la televisión o jugando videojuegos: anímales a que salgan a la calle y experimenten la realidad y disfruten de la naturaleza.