Trastorno oposicionista desafiante y TDAH.

Trastorno oposicionista desafiente y TDAH

Escrito por: Mtra. Pamela González España

Una de las comorbilidades más frecuentes en el TDAH es el Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD), cuya prevalencia apunta entre el 30% y el 50% en la población infantil, siendo más frecuente en varones que en mujeres. Por ello, es importante dar una descripción de la sintomatología de este padecimiento para ejercer una intervención oportuna y evitar complicaciones a futuro.

Por definición podemos afirmar que el TOD es que un patrón recurrente de conductas relacionadas con las siguientes categorías:

Enfado e irritabilidad:

  • A menudo pierde la calma
  • A menudo es susceptible o se molesta con facilidad.
  • A menudo está enfadado o resentido
  • Discusiones y actitud desafiante:
  • Discute a menudo con la autoridad
  • A menudo desafía o rechaza satisfacer la petición por parte de figuras de autoridad
  • A menudo molesta a los demás deliberadamente.
  • A menudo culpa a los demás por sus errores o su mal comportamiento.

Vengativo:

Se muestra rencoroso

Como se mencionó anteriormente, estos criterios son fundamentales para establecer el diagnóstico. Sin embargo, para los Psicólogos o especialistas de la salud mental, es necesario descartar otros elementos que podrían generar confusión al momento de establecerlo. Por ejemplo: la presencia de un cuadro psicótico, alguna incapacidad en la comprensión del lenguaje o incluso la aparición de comportamiento perturbador, resultado de la inatención e impulsividad.

A partir de estos elementos podemos comenzar a pensar en las estrategias de intervención, la cuáles son bastante efectivas cuando se abordan desde el modelo cognitivo-conductual. Por lo que a continuación se dará una breve descripción de las herramientas terapéuticas que permiten a los especialistas inducir mejoras en la conducta del infante desde diversos aspectos: relaciones sociales, reducción del comportamiento oposicionista y el aumento de conductas colaborativas.

En un primer momento es necesario obtener toda la información necesaria que nos permita describir la conducta de manera cualitativa y cuantitativa, de tal forma que podamos establecer relaciones funcionales entre la conducta disruptiva y el objetivo que cumple al momento de presentarse; a este proceso se le conoce como “Análisis Funcional de la Conducta”. Una vez recolectada la información pasamos al diseño de un plan para la modificación de la conducta, de tal forma que tomemos en cuenta los siguientes elementos:

Reforzar conductas adaptativas: En lugar de prestar atención a la conducta inadecuada, es momento de centrarnos en las habilidades y virtudes que presenta nuestro paciente, para que este reforzamiento tenga mayor peso que la corrección.

Ignorar conductas des adaptativas: Evitar prestar demasiada atención a lo que deseamos modificar.

Aumentar la gama de conductas apropiadas y socialmente aceptables del niño: En este caso es necesario conocer previamente los déficits conductuales del infante para que posteriormente se le entrene en su uso adecuado, a través del moldeamiento o modelamiento de la conducta. Entre ellas podemos destacar un entrenamiento en: asertividad, habilidades sociales y autocontrol.

Entre otros elementos que nos podrían ayudar a trabajar el cambio de comportamiento son: la economía de fichas y las auto instrucciones; estrategias para reforzar la conducta esperada, al igual que permite que el niño tenga un plan de acción ante situaciones que tienden a desbordarlo emocional y conductualmente.

Es importante también considerar que los niños con TOD, debido a sus conductas, presentan problemas que interfieren en su desempeño académico y en sus relaciones sociales, lo cual genera una disminución del respeto por parte de las figuras de autoridad o compañeros; generando sentimientos de incompetencia y melancolía. Por ello, es necesario trabajar en el cambio de pensamientos, ya que estos influirán en sus conductas y emociones, por lo que podemos ocupar la reducción de la responsabilidad interna y externa de las problemáticas que se vayan presentando, de tal forma que modifiquemos las creencias relacionadas con la culpa o el rencor antes mencionado.

En general es importante mencionar que dichas técnicas también apoyan el tratamiento psicoterapéutico del niño con TDAH, ya que como se mencionó anteriormente, el TOD es un trastorno comorbido frecuente. Por lo que el apoyo de estas estrategias, permitirá también la intervención efectiva del TDAH, mejorando así la calidad de vida de los niños desde la perspectiva de la interacción social.

Te invitamos a conocer más sobre este tema:
info@proyectodah.org.mx

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